El pasado 21 de junio se realizó la Color Race, una carrera llena de color en la que participaron más de 3500 personas. No es una simple carrera como podréis leer a continuación, ¡es mucho más!
La entrada cuesta entre 7 (niños) y 12 euros (adultos). El kit contiene, además del dorsal, la camiseta de la Color Race, unas gafas de sol, una bolsa de color, una cobertura de seguro y una botella de agua que te entregan después de haber terminado el recorrido.
La carrera consiste en un circuito de 5 kilómetros en los que, por cada kilómetro recorrido, hay un arco de color (rosa, verde, azul, amarillo o naranja) en los que te espolvorean con polvos de color del arco por el que pasas. No es necesario pasar por todos los arcos, ¡pero es mucho más divertido hacerlo! Es obligatorio el uso de gafas de sol para que no se te metan los polvos en los ojos, aunque yo terminé con las lentillas de color amarillo.
Como en la página web indica, lo importante no es llegar el primero, sino disfrutar de cada kilómetro y llenar todo cuerpo de color. Lo malo es que el color se va muy rápido, y si se queda impregnado es porque la ropa o tu cuerpo está mojado, ya sea por agua o por sudor.
Una hora antes de la carrera hay actividades para calentar, un photocall con pelucas, sombreros..., puestos de comida y bebida y otras cosas más que no pude llegar a ver por el mogollón de gente que había.
Pero la cosa no acaba ahí. Una vez recorridos los 5 kilómetros, hay sesiones de zumba y otros tipos de baile. Yo me animé la primera a bailar a pesar de que pisé unos cuantos pies debido al poco espacio que teníamos. Cada poco tiraban más polvos de color, lo cual llegaba a ser agobiante para las personas que estaban más cerca debido a la neblina que se formaba.
Fueron cuatro horas llenas de color y buen rollo entre todos los participantes. Eso sí, entre el calor y toda la pintura que llevaba encima, agradecí muchísimo una ducha. Si queréis probar una experiencia así, lo mejor es llevar ropa vieja (la camiseta que te entregan en la carrera es obligatoria) porque así tenéis la opción de tirar las prendas que peor hayan quedado.
Sin duda, es una experiencia que repetiré el próximo año, no como corredora si no como voluntaria (¡a ver si hay suerte!). Os recomiendo una experiencia como esta, pero intentad que el color os lo tiren desde lejos, ya que como os he dicho anteriormente, si lo hacen desde muy cerca puede llegar a resultar desagradable.
Sin duda, es una experiencia que repetiré el próximo año, no como corredora si no como voluntaria (¡a ver si hay suerte!). Os recomiendo una experiencia como esta, pero intentad que el color os lo tiren desde lejos, ya que como os he dicho anteriormente, si lo hacen desde muy cerca puede llegar a resultar desagradable.
¿Habéis participado en alguna carrera así? ¿Cómo ha sido tu experiencia?
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