Hace un mes me apunté al gimnasio. Siempre me ha gustado más ir a clases que hacer una rutina (en mi gimnasio ese tipo de cosas las cobran aparte), por lo que desde un principio decidí probar todas las actividades que me resultaron posibles: G.A.P., spinning, zumba...
No fue hasta hace unas cuantas semanas cuando entré a mi primera clase de Body Balance. Para los que no sepan en qué consiste, es una clase de intensidad media que combina taichi, yoga y pilates.
Los profesores suelen apagar las luces, colocar unas cuantas velas y un poquito de incienso antes de comenzar los ejercicios.
La clase se divide en diez bloques, los cuales duran aproximadamente 3-5 minutos, es decir, lo mismo que la música seleccionada para cada bloque. En cada uno, se trabaja una parte diferente: piernas, equilibrio, abdominales, flexibilidad, caderas, espalda...
Al terminar, tienes la opción de quedarte a la relajación y la meditación. Dura aproximadamente 10 minutos y consiste en estar tumbado en la esterilla con los ojos cerrados mientras suena música relajante y el instructor te ayuda a controlar la respiración y a liberar tu cuerpo y mente. Recomendación personal: Quedaros hasta el final, ya que es una de las partes de la clase que más liberad@ te hace sentir.
Después de la primera clase, noté unas agujetas tremendas por todo el cuerpo, desde los brazos hasta los pies. Puede que no sea una clase que te haga sudar mucho como Zumba, pero está claro que entrenas todo tu cuerpo (a las pruebas me remito). Algunos de los beneficios que notas con el Body Balance después de unas cuantas clases son:
- Tonificas la musculatura y mejoras tu forma física.
- Mejora los problemas de espalda y además, los previene.
- Gracias a la respiración, combates el estrés y la ansiedad.
- Te sientes más relajad@.
- Aceleras tu metabolismo.
- Aumentas tu flexibilidad.
Os animo a probar este tipo de clases si tenéis ocasión. ¡Notaréis resultados desde el primer día! :)
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